Moerakis Nueva Zelanda.
En la playa Koekohe en Otago, al Norte de Nueva
Zelanda, se encuentran unas extrañas rocas tumbadas en la playa. Se las conoce popularmente como la piedras de Moeraki. Son de un tamaño variable que va desde
cincuenta centímetros hasta más de dos metros de diámetro y con un peso que
muchas veces superan las cinco toneladas, estas piedras son un gran misterio.
Nadie sabe de donde han salido y cómo han llegado aquí, pero los científicos
afirman que son de origen natural, aunque pocos arriesgan a decir con exactitud
cual es su origen.
Dicen que están compuestas por restos de calcio cristalizado
de un sedimento mineral que existió hace millones de años, pero las pruebas no
son concluyentes. Con la erosión del mar, las olas, el viento y las mareas,
estas rocas pudieron haber salido de su prisión bajo tierra, por eso hay
infinidad de leyendas sobre estas piedras y para los maoríes son sagradas.
Se han abierto algunas de ellas con máquinas pesadas y lo
que hay en su interior es sencillamente increíble. Fluídos extraños que han
hecho teorizar a los naturalistas sobre su formación, pensando que serían
perlas formadas durante millones de años en el mar y que finalmente han sido
arrastradas a la costa. La investigación mineralógica dice que están
formadas por barro, limo y arcilla, cimentado con calcita. Sin embargo el
proceso que ha hecho de estas grandes piedras, una especie de balón hueco con
grietas, es una asignatura pendiente para gran parte de la ciencia.
Cantos rodados parecidos, llamados “de Koutu”, existen no
muy lejos de allí, como así también los “cantos rodados de Katiki” a pocos
kilómetros de los de Moeraki. Similares a enormes huevos de animales
prehistóricos, las esferas de Moeraki alimentan la imaginación y nos
transportan a un planeta diferente. Allí están, inmóviles, milenarias y
misteriosas, a la vista de un mundo que las admira, pero no las entiende
demasiado.
Drawn by John Buchanan (1850-1860)
Las leyendas sobre las piedras Moerakis las encontré cuando el primer borrador del guión cómic ya estaba escrito. Su lectura provocó que volviese a reescribir un par de veces más la historia y cambiase el comienzo del libro. A día de hoy cuando releeo ese primer guión me he dado duenta de que fue la mejor decisión que podría haber tomado. El principio de la historia con las Moerakis funciona mucho mejor. Kiko Da Silva 2014.
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